(A desobedecer aprenden solos)

La obediencia desarrolla una doble virtud: formación de hábitos y el dominio propio capacitándolo para saber elegir.

Esta enseñanza va evolucionando desde la simple obediencia en las edades más tempranas hasta el guiarles en el ejercicio de su voluntad del que dependerá toda la vida: elegir y rechazar.

Tenemos que tener una lista clara de los no pero también tenemos que tener una lista sí de clara de los sí.

Nuestra tendencia natural es elegir lo agradable, lo placentero, lo inmediato, lo temporal y lo visible.

La tarea del padre es presentarle una verdadera motivación para presentarle al hijo la belleza de la virtud, la felicidad de la abnegación, el placer de hacer lo correcto, la trascendencia de lo no visible y eterno

El padre debe fortalecer la autoridad de la conciencia, la tarea de la conciencia es de un valor inestimable si actúa como aliada y no como un verdugo. La conciencia nos dice que hagamos lo bueno pero no nos enseña que es lo bueno, necesita una luz exterior. El padre, la palabra y la conciencia unen al niño a la voluntad de Dios, la conciencia actúe en ausencia del padre y aún en aquellos momentos. El niño aprende a elegir por sí mismo escuchando ese monitor interno.

Para muchos el bien-estar es sólo lo placentero, para otros es la consecuencia del bien-hacer pero Dios apunta a otra cosa, a hacernos buenos. La comunión con Dios nos hace buenos, por hacer lo bueno y viene el bienestar. El bien de Dios es nuestro deseo y gozo.

El mal carácter, la lengua y la rebeldía son evidencias de no sabe elegir lo bueno.

Salmo 34:11-15 Vengan hijos, escúchenme: El temor de Jehová les enseñaré. ¿Quién es el hombre que desea la vida, que desea muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño, apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela. Los ojos de Jehová están sobre los justos y atentos sus oídos al clamor de ellos.

Proverbios22:6 Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartaré de él

La crianza es desarrollar plenamente las facultades del niño para que alcance su destino. Instruir al niño en el buen camino es mostrarle como se hace, cuidando de que se haga y se adopte como hábito, entrenar en la obediencia de manera que resulte natural o familiar cumplir con su deber.

DESARROLLAR LA AUTONOMÍA

Después de aprender la importancia de elegir y optar por la obediencia a Dios como opción de vida, sólo recién está preparado para afrontar el desafío más importante en la formación de nuestros hijos: el ejercicio de la libertad.

Un objetivo esencial es la autonomía. Debemos educar a nuestros hijos para que puedan tomar decisiones correctas en forma independiente de la presencia y de la acción de sus padres.

Esta tarea comienza a desarrollarse alrededor de los 5 años, cuando el hijo comienza a relacionarse en forma constructiva con todo el universo exterior a su casa. Los padres tienen una delicada tarea al tener que ayudar a su hijo a resolver los conflicto de competitividad en su relaciones y los conflictos de asumir responsabilidades contrapuestas, es decir la definición de las prioridades y su proyecto de vida.

Sentido de competencia: cada circunstancia amenaza su dignidad, es necesario que aprenda a perder sin afectar su valía personal. Es fundamental la actitud de los padres frente a las peleas de los hijos, no involucrase, ni desentenderse sino asesorar en la búsqueda de la equidad, la justicia y la responsabilidad

Sentido de responsabilidad: la responsabilidad comienza a desarrollarse desde el control de esfínteres. La tendencia natural es culpar a otros y delegar tareas. Adquirir responsabilidades implica determinar las prioridades, los objetivos mediatos e inmediatos y la toma de decisiones considerando la opinión y los sentimientos de los demás.

No hay día que no sufra alguna crisis de identidad, debe tomar decisiones y sujetarse a las consecuencias.

Debe medir las expectativas que varias personas tienen de él y relacionarse con diversas formas de autoridad sobre su vida. Esta expuesto a la broma y al ridículo.

Deberá encontrar en su casa el apoyo para reconstruir su equilibrio interior. Necesita encontrar en sus padres un ideal a ser emulado. Si bien con el tiempo encontrará que no existe un padre ideal, el proceso de descubrirlo le llevara al enojo, la rebeldía y diversos intento de diferenciarse de ellos.